Por Valentina Campos, Diario The Clinic / 4 de noviembre de 2021
Con la aprobación del Reglamento de Participación Popular, la Convención Constitucional entrega múltiples alternativas para que la ciudadanía se involucre en el proceso de discusión. En esa línea, hoy existen diferentes proyectos que buscan difundir las voces de las mujeres. En The Clinic conversamos con sus impulsoras.
Cuando a las mujeres se les consulta qué es lo primero que cambiarían de Chile, la principal demanda que sale a flote son los derechos de las mujeres y la equidad de género. Sin embargo, también surgen temas de carácter transversal, como la desigualdad y justicia social, educación, salud, empleoy convivencia y valores. Así lo recoge el informe “16 mil voces para construir el Chile futuro con una perspectiva de género” elaborado por Nuestra Voz en 2020. El proyecto, recopiló miles de testimonios de mujeres entre el inicio de la pandemia y fines de octubre del mismo año.
Compuesto por varias organizaciones, Nuestra Voz nace con el propósito de que la perspectiva de las mujeres se instale en el debate públicoconstituyente. En colaboración con Plataforma Telar, recientemente lanzaron el reporte “Mujeres y proceso constituyente: Expectativas de cambio para el Chile futuro”. A través de cinco paneles, dialogaron con mujeres privadas de libertad, expertas en temas públicos, jóvenes y adolescentes, residentes de un campamento en Antofagasta y un grupo de adultas mayores de Renca. Estas 300 mujeres, de entre 15 y 60 años, expresaron sus perspectivas y deseos para una nueva Constitución.
“Nos parecía que era bien crítica la apertura por género y nos sigue pareciendo que hay que avanzar en esa línea. Creo que, por primera vez, estamos viendo que el feminismo como corriente “salió del clóset” y se instaló en una mayoría. Por lo tanto, creemos que es fundamental que también a nivel de investigación social esto ocurra. Para que esas voces, que son distintas a las masculinas, queden retratadas y quede claro cuáles son las demandas que tienen las mujeres chilenas. Pueden ser similares en muchas cosas, pero también son muy distintas”, dice Mónica Retamal, co fundadora de Nuestra Voz y directora ejecutiva de Fundación Kodea, una de las organizaciones tras el proyecto.
Con una idea similar en mente, la Fundación Instituto de la Mujer junto a ONU Mujeres Chile, han organizado una serie de encuentros online bajo el nombre “Construyendo juntas, nuestra nueva Constitución”. Con un foco puesto en los territorios, su objetivo es llegar a aquellas mujeres que no suelen involucrarse en la discusión pública. “Estos vínculos, permiten crear alianzas, intercambiar opiniones y recoger propuestas ideadas por las propias mujeres, con el fin de levantar la agenda de género y sus temáticas en el debate público y directamente hacia los convencionales constituyentes”, dice María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres Chile.
A través de un proceso inédito, Chile es el primer país en el mundo que escribirá una Constitución paritaria. Hoy, diferentes organizaciones y proyectos ciudadanos buscan que la voz de las mujeres desde diversos grupos, territorios y comunidades sea escuchada en el proceso. En ese contexto, actualmente se están desarrollando cabildos, encuentros, paneles y plataformas que, a través de múltiples formatos, están recogiendo las expectativas y propuestas de las mujeres para el debate constituyente.
Principales demandas
“¿Qué le dirías a los constituyentes?” fue la pregunta que se hizo en los cinco paneles de Nuestra Voz, en los que participaron las organizaciones Hay Mujeres, Red de Acción Carcelaria, adultas mayores de Renca, Recrea Fundación y Tremendas. En el caso de las expertas, el llamado más frecuente fue al diálogo y la discusión seria y comprometida con los problemas del país. Las menciones más frecuentes en las mujeres privadas de libertad fueron respecto al sistema de justicia, la situación carcelaria y la asociación entre criminalización y pobreza. Además, reclamaron por la generación de oportunidades laborales y la desprotección de sus hijos e hijas mientras cumplen sus penas.
Para las adultas mayores de la comuna de Renca, es importante el tema de salud, pensiones, narcotráfico, derechos humanos y calidad de vida. Mientras que en el panel de Recrea, compuesto por residentes en un campamento de Antofagasta, es clave la demanda por igualdad en relación con los derechos de las personas migrantes, el acceso a la vivienda y servicios básicos. Por último, en el panel de jóvenes y adolescentes de Tremendas, toma fuerza la problemática de seguridad y género. También, la importancia de mejorar el sistema educativo y avanzar en la descentralización del país.
Sin embargo, la co fundadora de Nuestra Voz, Mónica Retamal, detalla que “a medida que te vas metiendo en los segmentos, las demandas son tan específicas que a uno le da susto que se generen estas promesas incumplidas. Ahí, para nosotros salta un tema que es fundamental, que tiene que ver con lalabor educativa del proceso constituyente, que tiene que hacerse cargo de explicar qué es materia de Constitución y qué no es, porque hoy pasa un poco eso. Cuando sales de los grupos de élite, la expectativa es súper distinta respecto a lo que va a hacer la nueva Constitución. Entonces, la dimensión educativa nos parece que es clave“.
Como una iniciativa que surge para involucrar a la ciudadanía en el diálogo constituyente, este año se lanzó la plataforma “La Constitución es Nuestra”, que se pensó desde un principio con una orientación feminista. De acceso abierto y colaborativo, el sitio permite que cualquier persona u organización suba sus propuestas para la nueva Constitución con solo llenar un formulario. En la actualidad, ya cuentan con más de 220 propuestas que se dividen en alrededor de 50 temáticas.
Con respecto a las demandas particulares de las mujeres, la plataforma tiene filtros para temas como “Igualdad de Género”, “Mujeres y feminismos” y “Derechos sexuales y reproductivos”. Javiera Pizarro, de la organización Ciudadanía Inteligente, es la coordinadora del proyecto y destaca que “ha tenido un poco más de movimiento el tema de garantizar la educación no sexista. También se ha discutido el tema de la paridad en los cargos de elección popular, algo que ha sido bien transversal. Y una agenda que comparten varias organizaciones es la vida libre de violencia”.
Créditos: La Constitución es Nuestra
Otra plataforma que busca recoger las propuestas de la sociedad civil es ImaginaChile, proyecto que surge con el apoyo de la Universidad de Chile. Con el objetivo de evitar que se pierdan las ideas ciudadanas, la página permite que los usuarios pinchen un punto vacío y escriban su idea. Hoy cuentan con más de 1.500 ideas. Aún así, “la participación de las mujeres ha sido más baja que la de los hombres, manteniéndose la brecha histórica que ha existido en esta materia. Solo un 30% de las ideas son de mujeres. Por eso, vamos a lanzar una campaña focalizada en la participación femenina en las próximas semanas”, dice Rodrigo Gil, abogado impulsor de ImaginaChile.
Sobre las propuestas de las mujeres, Rodrigo agrega que “en equidad de género, el tema central gira en torno a una igualdad más real y material que solo formal. Destacan especialmente ideas en aspectos como el salario, el costo de la salud y equiparar las oportunidades de desarrollo entre géneros. Se ha levantado con fuerza la necesidad de establecer la corresponsabilidad parental equitativa desde el prenatal hasta el término de la educación superior de un hijo/a. Se dice que esto haría una sociedad más justa para las mujeres y los hombres, ya que ambos deben hacerse cargo equitativamente”.
Créditos: ImaginaChile
Aunque en los encuentros organizados por Fundación Instituto de la Mujer y ONU Mujeres Chile las demandas adquieren un carácter territorial, también existen temas transversales. “Lo que coincide es la justicia social, la desigualdad, mayor equidad en el proceso de participación. Las políticas y derechos de las mujeres, el vivir una vida libre de violencia, derecho al aborto y el derecho a un trabajo bien remunerado. También ha salido mucho lo que tiene relación con las labores de cuidado. Lo que marca y cruza a todos los grupos es la justicia social y el claro diagnóstico de que vivimos en una sociedad injusta, que las mujeres estamos siempre en situaciones más desventajadas históricamente”, destaca Gloria Leal, directora ejecutiva de Fundación Instituto de la Mujer.
María Inés Salamanca añade que las ideas giran en torno a “las garantías que debiera contemplar la nueva Constitución, destacando el fin a la violencia contra las mujeres, y discriminaciones por razones de género. La creación de un sistema nacional de cuidados y el reconocimiento y remuneración al trabajo doméstico. Un Chile más participativo, respetuoso con las diferencias, con más autoridades mujeres e igualdad de género. La necesidad de que el país se administre de manera más descentralizada, garantizando una vida y viviendas dignas, derecho a la salud, educación, educación cívica y ambiental. Que los recursos naturales sean protegidos en todo el país, y que ya no existan más zonas de sacrificio”.
Sobre las expectativas en relación con el proceso de redacción de la nueva Constitución, en el caso de los paneles implementados por Plataforma Telar “a pesar de que la expectativa está y todos los paneles quisieran que esto ocurriera, la esperanza real de que esto ocurra varía mucho entre los paneles. En territorios más urbanos, de zonas más acomodadas, se vive como una esperanza real. Se mantiene en las emociones positivas cuando preguntamos qué emoción genera el proceso. En otros sectores les gustaría que fuera así, pero no creen que eso ocurra”, dice Claudia Mercado, coordinadora de Desarrollo Metodológico en Plataforma Telar.
Más allá de la academia
Gran parte de estos proyectos coinciden en la necesidad de salir a buscar la perspectiva de las mujeres que forman parte de comunidades no escuchadas. Es ahí, dicen, donde todavía falta un mayor acercamiento: escuchar sus sueños, necesidades, propuestas e ideas a lo largo del proceso. Así es como se han aproximado a poblaciones, comunidades indígenas, campamentos, cárceles y otros lugares que se alejan del ámbito académico.
Encuentros “Escribiendo juntas, nuestra nueva Constitución” / Créditos: Fundación Instituto de la Mujer y ONU Mujeres Chile
Para Gloria Leal, directora ejecutiva de la Fundación Instituto de la Mujer, es clave escuchar a las mujeres de regiones. “La descentralización, principalmente, con los sueños de las mujeres no desde lo que veníamos escuchando: desde la expertise de las expertas. Hay un gran valor de la academia y de compañeras que se han dedicado a estudiar la Constitución que le pone contenido a nuestros sueños, pero también es necesario acercar la Constitución a todas. Este proceso de nueva Constitución es un proceso de todas las mujeres, donde todas nosotras podemos aportar desde nuestras experiencias”, señala.
“Estamos desarrollando este proyecto que nos ha dado la oportunidad de poder conocer a otras mujeres, de llegar a mujeres no organizadas. Eso también es importante, porque no todas son organizadas o son de organizaciones muy pequeñas de alguna zona, población. Es importante también este intercambio de conocimientos, esperanzas, de sueños. Este es un momento inédito para nosotras”, agrega Leal.
Mónica Retamal, directora ejecutiva de Fundación Kodea tras Nuestra Voz, aclara que la participación no es posible para todas por igual. “Nosotros teníamos como hipótesis que los canales tecnológicos, teóricamente, permitían una mayor participación ciudadana. El tema es que esas voces después no quedan reflejadas en los discursos. Efectivamente hay una oportunidad, pero también hay brechas tremendas. En los paneles carcelarios, poblacionales, por mucho que proveas de un celular a una persona, la brecha digital no solo es una brecha de acceso, sino que de habilidades. Y por lo tanto, nos dimos cuenta que si no hacemos un acompañamiento y una alfabetización digital, la participación igual se ve frenada”, dice.
Desde Plataforma Telar, Claudia Mercado afirma que “estamos buscando justamente representar a algunos grupos que no necesariamente se asocian a comunidades vulnerables en términos socioeconómicos, sino que más bien grupos de los cuales cuesta saber en la discusión pública. Y eso incluye a mujeres dueñas de casa, de comunas aisladas, mujeres indígenas, pero también mujeres influyentes a nivel nacional. Lógicamente, es un proceso que concentra mucha atención en el mundo más informado en temas políticos. Si bien es un proceso que concentra mucha atención en algunos sectores, en otros se vive con un gran nivel de desconexión. No por desinterés, sino porque el proceso en sí es bastante denso”.
En ese sentido, “es esencial seguir promoviendo distintas alianzas y encuentros territoriales que vinculen a las organizaciones de mujeres y mundo social. Esto, en el marco de la elaboración de una propuesta de Constitución con enfoque de género y la superación de las desigualdades. Y de esta forma, proporcionar elementos discursivos, técnicos y expectativas para facilitar la inclusión de estas materias en la propuesta que se elabore”, agrega María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres Chile.
Para incidir en el proceso constituyente, todos estos proyectos se encuentran en un trabajo constante para sistematizar la información recogida. De este modo, buscan que las propuestas no se queden solamente en la discusión al interior de los diferentes espacios que han abierto, sino que sean escuchadas y consideradas por los convencionales constituyentes.
Con respecto a ese proceso, en el caso de la plataforma La Constitución es Nuestra, “una forma de contacto que nosotros establecemos es la posibilidad de que los convencionales usen la plataforma en sus semanas territorialespara recaudar información”, dice Javiera Pizarro. Además, durante este mes comenzarán a implementar distintas mesas de trabajo con organizaciones de la sociedad civil. “Este proyecto busca no solamente acortar la brecha en términos de propuestas, sino que también articular a la sociedad civil. Estas mesas de trabajo son temáticas, donde la idea es salir con una propuesta conjunta aprobada por todos y todas y luego un plan de incidencia”, agrega.
Del mismo modo, en ImaginaChile “entregaremos reportes en las distintas comisiones en total sincronía con el debate constitucional. Esto significa que justo antes de que se vaya a deliberar sobre un tema, se entregará un informe con el análisis cuantitativo y cualitativo de las opiniones de las personas sobre los puntos que se discutirá y votará. Además, los mismos convencionales pueden usar la plataforma de ImaginaChile para su trabajo territorial, pueden tener acceso en bruto a toda la información y pueden interactuar con ella”, cuenta Rodrigo Gil.
El próximo 3 de noviembre, la Fundación Instituto de la Mujer y ONU Mujeres Chile sumará un nuevo encuentro, esta vez con la comunidad LGBTIQA+. Además, durante noviembre realizarán tres encuentros con mujeres indígenas en Iquique, Temuco y Santiago. “Toda la información recabada en los encuentros, será entregada de manera sistematizada a las y los convencionales, en el marco de un seminario internacional sobre Género y Constitución, que se realizará este 10 de diciembre. Previamente, el ciclo de encuentros territoriales también contempla encuentros de intercambio con las y los convencionales representantes de cada macrozona, ocasión en los que las mujeres tendrán la posibilidad de plantear sus propuestas directamente“, dice María Inés Salamanca.
Con respecto a la información recabada por Nuestra Voz y Plataforma Telar, ambas trabajan en conjunto para hacer llegar los informes directamente a los convencionales constituyentes, además de poner a disposición su página con los datos recogidos.
Fomentar la participación
Para Claudia Mercado, de Plataforma Telar, son justamente quienes se ven más afectadas por las problemáticas quienes no serían lo suficientemente escuchadas. En esa línea, “es de máxima importancia siempre, porque inevitablemente la mirada de un grupo de individuos es sesgada a su contexto. Chile es un país muy diverso en términos territoriales y de composición. Es sumamente importante escuchar las voces de estas personas que están lejos de los centros urbanos, de la discusión política y viviendo los efectos en su vida cotidiana, que es la mayor parte de la gente que salió a la calle el 18 de octubre”, señala.
“Las mujeres estamos irrumpiendo en el ámbito político con mucha fuerza. Creo que ya hemos dejado, en buena medida, de ser un grupo excluido de la discusión. La opinión de las mujeres en grupo, con vivencias que son particulares de género y perspectivas que son particulares de nuestro ser mujer es importantísimo. Por otro lado, estas mujeres que sustentan sus hogares son la base de la articulación social de las comunidades. Y dejar fuera esas opiniones, esas voces, es ignorar una parte de la realidad de Chile que para nosotras es evidente. Son ellas quienes mejor saben cuáles son las necesidades y cuáles son los dolores de cada uno de estos territorios”, agrega Mercado.
La plataforma La Constitución es Nuestra, “viene en su línea editorial con la idea de potenciar los derechos sociales, económicos y culturales con un enfoque de género. Eso, considerando que es una forma bastante transversal de poder erradicar esta brecha. Dicho eso, también estamos buscando que más organizaciones de mujeres puedan subir sus propuestas porque son bastante diversas. Siempre estamos en el trabajo de diversificar esas voces. Sabemos que hay diferentes posturas respecto a los temas, entonces nos interesa potenciar eso”, afirma Javiera Pizarro.
Con el objetivo de fomentar aún más la participación de las mujeres, desde ImaginaChile “vamos a lanzar una campaña focalizada en la participación femenina. En la plataforma, también hay espacio para la participación de disidencias y ello ha funcionado muy bien. Es importante que esta nueva Constitución considere las necesidades y preocupaciones de todas y todos. Es el momento para reivindicar muchas de las injusticias que hoy existen. Aprovecho de hacer un particular llamado a que las mujeres ingresen a la plataforma y dejen sus ideas, es importante. Este es el momento”, dice Rodrigo Gil.
“La voz de las mujeres ha sido por siglos invisibilizada. No solo la pobreza tiene cara de mujer, sino que cuando una mujer es pobre, es una familia la que se empobrece. Entonces, cuando nosotros hablamos de hacer políticas públicas con sesgos positivos hacia las mujeres no es un tema caprichoso. La realidad es que la situación de las mujeres no es igual. No escuchar la voz femenina hoy en día, no solo es un problema en sí mismo por un tema de equidad y de justicia, sino que también por un tema de estabilidad social”, cierra Mónica Retamal.